¿Te has preguntado cómo el biomagnetismo puede ayudar a tu cuerpo a sanar? Permíteme contarte de una forma sencilla cómo funciona esta increíble terapia.

Todo comenzó en los años 80, cuando el Dr. Isaac Goiz, un médico brillante, empezó a investigar a fondo uno de los tejidos más importantes de nuestro cuerpo: la fascia, también conocida como tejido conectivo. Imagina la fascia como una red que conecta cada célula de tu cuerpo. Esta red tiene una pequeña carga eléctrica, lo que le da un ambiente ligeramente alcalino, ¡justo lo que necesitamos para estar sanos!

Lo que el Dr. Goiz descubrió es que, cuando nos enfermamos, esta red de fascia se vuelve ácida. Y aquí viene lo fascinante: él se dio cuenta de que al aplicar imanes de mediana intensidad (al menos 1000 gauss) en puntos muy específicos de nuestro cuerpo —órganos o tejidos que se habían vuelto ácidos o, en algunos casos, demasiado alcalinos— podía devolverle el equilibrio a esa red de fascia.

Pero no solo eso. El Dr. Goiz hizo un descubrimiento aún más revolucionario: encontró que existen “pares magnéticos” muy específicos (un punto negativo y uno positivo) para cada tipo de microbio: virus, bacterias, hongos y parásitos. Al aplicar estos imanes, no solo se reestablecía el equilibrio del cuerpo, sino que también se eliminaba la acción de estos microorganismos.

Por eso, el biomagnetismo, que es la aplicación de estas cargas magnéticas en puntos específicos del cuerpo, ha demostrado ser increíblemente efectivo para combatir enfermedades virales, bacterianas y condiciones más complejas. Es una herramienta poderosa que ha ayudado a muchas personas con dolores, e incluso ha sido un gran apoyo en casos de enfermedades autoinmunes como la artritis y la tiroiditis, y en algunas ocasiones, hasta en ciertos tipos de cáncer, además de ser muy útil para las enfermedades más comunes.

Espero que esta explicación te motive a conocer más sobre el biomagnetismo.